"Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:" (Mc 3,6)

15 de enero de 2011

Seminario Bíblico de verano 2011 - Introducción

Seminario Bíblico de verano 2011

I subsidio de estudio - Introducción

¿Por qué necesitamos interpretar la Sagrada Escritura?

Ya que todo el que invoque el nombre del Señor se salvará. Pero, ¿cómo invocarlo sin creer en Él? ¿Y cómo creer, sin haber oído hablar de Él? ¿Y cómo oír hablar de Él, si nadie lo predica? ¿Y quiénes predicarán, si no se los envía? Como dice la Escritura: "¡Qué hermosos son los pasos de los que anuncian buenas noticias!" Pero no todos aceptan la Buena Noticia. Así lo dice Isaías: "Señor, ¿quién creyó en nuestra predicación?" La fe, por lo tanto, nace de la predicación y la predicación se realiza en virtud de la Palabra de Cristo. (Romanos 10,13-17)

Porque la misión de la Iglesia es reconciliar y unir a los seres humanos con Dios por medio de la conversión a Jesucristo. En el Nuevo Testamento podemos ver que el primer objetivo de anunciar el Evangelio es para llevarlo a los que no aún han oído o no han oído lo suficiente para creer (Hch 2,14-42; Ro 15,20-21). Por eso la interpretación bíblica es un componente esencial en la vida pastoral y la Escritura es la fuente principal ¡no la única! También tenemos la Tradición y la Liturgia, que además ésta última es fuente recíproca con la Biblia.

Para repasar del Seminario Bíblico 2010:


Algo que nunca debemos olvidar a la hora de la interpretación

Ahora bien, la interpretación de la Biblia no se limita sólo a una homilía sino que interviene en una serie de actividades teológicas y pastorales: catequesis, Liturgia, estudios, reflexiones, grupos bíblicos, etc. Y en cada caso la función del agente pastoral no consiste en hacer valer opiniones propias ya que la Palabra de Dios tiene algo que decir al respecto, en cuanto al verdadero y falso profetismo. Los falsos profetas proclaman como Palabra de Dios lo que no son más que fantasías de su imaginación: Así habla el Señor de los ejércitos: No escuchen las palabras de los profetas que profetizan para ustedes: no hacen más que ilusionarlos, lo que dicen son visiones de su imaginación, no lo que sale de la boca del Señor. (Jeremías 23,16). Cada vez que hablamos de parte de Dios al pueblo, dirigiendo un mensaje, asumimos el profetismo (ver también Jr. 14,14; 23, 14-40; Jr. cap. 28; II Pe 2,1). Asimismo, Jesús predicó el Reino de Dios y sus apóstoles hablaron de lo que habían visto y oído como testigos de la vida y resurrección del Cristo (Hch 4,20).

“(…) Por otra parte, es precisamente la fe de la Iglesia quien reconoce en la Biblia la Palabra de Dios; como dice admirablemente san Agustín: «No creería en el Evangelio si no me moviera la autoridad de la Iglesia católica». Es el Espíritu Santo, que anima la vida de la Iglesia, quien hace posible la interpretación auténtica de las Escrituras. La Biblia es el libro de la Iglesia, y su verdadera hermenéutica brota de su inmanencia en la vida eclesial.” (Verbum Domini, 29).   
    
Entonces, la Iglesia puede atreverse a hablar de Dios porque Dios le ha hablado previamente a ella. Los “ministros de la Palabra” deben seguir el modelo del Precursor Juan Bautista que señala la Presencia del Cordero de Dios y su misión es la de preparar un camino para el Señor. Somos fieles servidores de la Palabra de Dios si se anuncia la verdad “en nombre de Cristo” (II Cor 2,17), “con plena libertad” (Hch 4,29) y “sin temor” (Fil 1,14).

¿Qué es la hermenéutica?

El término deriva de la palabra griega hermeneuein que significa “interpretación”. Los antiguos manuales señalaban a la hermenéutica como la teoría sobre el sentido del texto y a la exégesis como la práctica de la interpretación, pero esto ha cambiado con el tiempo. A partir del siglo XIX se produce un giro muy importante que toma como herramienta a la hermenéutica filosófica (Ast, Schleiermacher, Dilthey) que da mayor espacio a la subjetividad.
Los estudios actuales sobre el tema muestran que todo lector ante un libro proyecta mucho de lo que lleva en sí mismo (el lector) y de su pre-comprensión de lo que trata el libro, así aumenta el sentido del libro. De esta forma dos lectores leyendo el mismo texto pueden recibir y producir un mensaje distinto. Esto podemos observarlo por ejemplo en una Lectio Divina, en la cual no se juega una exposición dirigida al Pueblo de Dios sino la comprensión espiritual del texto que tiene cada persona en un momento determinado, compartida en comunidad.

Para repasar del Seminario Bíblico 2010:

Por lo tanto, el término “hermenéutica” hoy goza de un significado más amplio y se refiere al “arte de comprender” pero aunque se tomen elementos de la hermenéutica filosófica la hermenéutica bíblica no debe confundirse con ella, hablamos de una herramienta. Entonces, la comprensión del texto bíblico se realiza en una comunidad creyente y dentro de una Tradición viva.

¿Qué es la exégesis?

"Entre estas dos fidelidades, la fidelidad al Verbo Encarnado y la fidelidad al hombre de hoy, no puede y no debe existir ninguna contradicción" (Pablo VI, Alocución a los profesores de Sagrada Escritura, sobre la Obra de la Iglesia para  la interpretación de la Palabra de Dios, Septiembre  25 de 1970).    

Si bien este Seminario no está orientado a adquirir una interpretación exegética, para lo cual se requiere un estudio técnico y muy profundo de la Sagrada Escritura, sin embargo es necesario definir el término para tener un conocimiento general de lo que significa interpretar la Biblia. Deriva del verbo griego exégeisthai que significa “conducir, interpretar, explicar” y que la ciencia bíblica utiliza como “explicar, interpretar, exponer”. Se aplica al proceso al que se somete un texto aplicando ciertos métodos técnicos para desentrañar la intención del escritor y así el sentido del texto. Esto es importante porque la Sagrada Escritura es un libro distante a nosotros en tiempo y cultura, por tanto la correcta actualización depende en gran medida de la exégesis.
La lectura que prescinde de la exégesis para una exposición bíblica al Pueblo de Dios es la lectura fundamentalista, la cual confunde a la exégesis con la hermenéutica y a lo objetivo con lo subjetivo.

“El acercamiento fundamentalista es peligroso, porque seduce a las personas que buscan respuestas bíblicas a sus problemas vitales. Puede engañarlas, ofreciéndoles interpretaciones piadosas pero ilusorias, en lugar de decirles que la Biblia no contiene necesariamente una respuesta inmediata a cada uno de sus problemas. El fundamentalismo invita tácitamente a una forma de suicidio del pensamiento. Ofrece una certeza falsa, porque confunde inconscientemente las limitaciones humanas del mensaje bíblico con su sustancia divina.” (La interpretación de la Biblia en la Iglesia. Pontificia Comisión Bíblica).

Para repasar del Seminario Bíblico 2010:

¿Qué es el sentido pleno?

Sensus plenior es una expresión acuñada por André Fernández en 1926 y se refiere al significado más profundo, no previsto por el autor humano pero sí por el Espíritu Santo. En el judaísmo encontramos esto vinculado una técnica de los escribas y rabinos llamada “darash” (buscar con cuidado, investigar). Para acceder al sentido pleno de la Escritura y también a verdades, certezas asistidas por el Espíritu Santo, y para que sean encarnadas por el hombre de hoy en plena libertad, necesitamos tanto a la exégesis como a la hermenéutica, tanto a la oración como al estudio, tanto a la mística como a la biblioteca. Es una labor inmanente a la Iglesia y al mundo. En el sentido pleno se armonizan los otros dos grandes niveles o áreas de interpretación: la exégesis y la hermenéutica.

Conclusión

La interpretación de la Biblia pertenece a la Iglesia como comunidad creyente, por eso se necesita del esfuerzo de especialistas en exégesis, maestros de la Palabra de Dios, agentes pastorales y catequistas debidamente preparados para esta gran misión que no es de uno solo ni de una “isla”, que es hacer relevante el mensaje católico, universal de la Escritura para el hombre de hoy. Es muy importante leer el documento “La interpretación de la Biblia en la Iglesia” de la Pontificia Comisión Bíblica de 1993 y también la reciente Exhortación Apostólica postsinodal “Verbum Domini” del Papa Benedicto XVI. El presente Seminario no pretende sustituir la lectura y aplicación de estos documentos sino la de brindar una ayuda complementaria para crecer en la interpretación de la Palabra de Dios.

Preparado por Mauricio Shara en base al siguiente material:

Bibliografía:
Texto de la Biblia versión argentina “El Libro del Pueblo de Dios”
P. Armando J. Levoratti, “Cómo interpretar la Biblia”, Comentario Bíblico Internacional católico y ecuménico para el siglo XXI, Navarra, Verbo Divino, 2005, 9-11
Mons. Luis H. Rivas, “Diccionario para el estudio de la Biblia”, Buenos Aires, Amico, 2010, 80-82
S. S. Pablo VI, “Alocución a los profesores de Sagrada Escritura sobre la Obra de la Iglesia para  la interpretación de la Palabra de Dios”, Septiembre  25 de 1970.
Pontificia Comisión Bíblica, documento “La interpretación de la Biblia en la Iglesia”, 1993
S.S. Benedicto XVI, Exhortación Apostólica postsinodal “Verbum Domini” sobre la Palabra de Dios en la vida y la misión de la Iglesia.

1 comentario:

Diálogo significa que hay más de una razón para exponer, una conversación entre dos o más personas que manifiestan sus ideas y afectos, también puede ser una discusión. El diálogo nos enriquece, por lo tanto: ¡bienvenida y bienvenido a dejar tu comentario en miel y langostas!

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