"Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:" (Mc 3,6)

26 de febrero de 2011

La Biblia como obra literaria - Seminario Bíblico de verano 2011 por FM Parroquial 105.1


Seminario Bíblico de verano 2011 – Cómo interpretar la Biblia
Subsidio 5 de estudio: “La Biblia como obra literaria”


I Introducción:

Hijo mío, desde tu juventud, busca la instrucción, y hasta en tu vejez, encontrarás la sabiduría. Acércate a ella como el que ara y el que siembra, y espera pacientemente sus buenos frutos: al cultivarla, te fatigarás un poco, pero muy pronto comerás de sus productos. ¡Qué dura les parece a los ignorantes! El insensato no se mantiene fiel a ella: ella lo oprime como una piedra pesada y no tarda en sacársela de encima. Porque la sabiduría hace honor a su nombre y no se manifiesta a muchos. (Eclesiástico 6, 18-22)

No hace falta agregar ningún comentario a esta palabra que nos confronta a seguir instruyéndonos en la Sagrada Escritura, aunque nos fatiguemos un poco, muy pronto comeremos de sus productos.



II La Biblia como obra literaria

La Sagrada Escritura puede ser sometida a todos los métodos y técnicas de la investigación literaria porque los hechos y las interpretaciones llegan a nosotros en un conjunto de obras literarias. La literatura se expresa en palabras, frases, estrofas, imágenes poéticas, etc. Y para poder captar su mensaje se necesita no solo una capacidad intelectual sino también una  sensibilidad estética. Por lo tanto, resulta imposible leer la Biblia con una cierta profundidad sin atender los medios expresivos de las formas literarias. La Escritura emplea medios sutiles para expresar su mensaje y es necesario atenderlos para poder captarlo. En cuanto obra literaria, la Biblia tiene que ser interpretada de acuerdo al tipo de literatura propio de cada texto en particular. No se puede leer la poesía como prosa, una parábola como un tratado teológico o la apocalíptica como historiografía.

Habiendo, pues, hablando Dios en la Sagrada Escritura por hombres y a la manera humana, para que el intérprete de la Sagrada Escritura comprenda lo que El quiso comunicarnos, debe investigar con atención lo que pretendieron expresar realmente los hagiógrafos y plugo a Dios manifestar con las palabras de ellos. Para descubrir la intención de los hagiógrafos, entre otras cosas hay que atender a "los géneros literarios". Puesto que la verdad se propone y se expresa de maneras diversas en los textos de diverso género: histórico, profético, poético o en otros géneros literarios. Conviene, además, que el intérprete investigue el sentido que intentó expresar y expresó el hagiógrafo en cada circunstancia según la condición de su tiempo y de su cultura, según los géneros literarios usados en su época. Pues para entender rectamente lo que el autor sagrado quiso afirmar en sus escritos, hay que atender cuidadosamente tanto a las formas nativas usadas de pensar, de hablar o de narrar vigentes en los tiempos del hagiógrafo, como a las que en aquella época solían usarse en el trato mutuo de los hombres. (…) (Constitución dogmática sobre la Divina Revelación “Dei Verbum”, 12)

Ahora bien, y siguiendo lo descripto en el documento “la interpretación de la Biblia en la Iglesia” de la Pontificia Comisión Bíblica debemos entender que ningún método científico para el estudio bíblico es perfecto a la hora de hacer aflorar toda la riqueza de los textos, y el mismo método histórico-crítico por más talento que posea no puede pretender ser el ideal. Por eso el documento nos invita a mirar otros métodos, entre los cuales encontramos los de análisis literario:

A)    Análisis retórico

Es el arte de componer discursos persuasivos. Hay tres aproximaciones diferentes de análisis retórico:

·         Retórica clásica greco-latina, que distingue tres factores: la autoridad del orador, el entramado del discurso y las emociones que suscita en la audiencia.
·         Tradición literaria semítica, manifiesta un gusto por las construcciones simétricas y los paralelismos, además de otros procedimientos semitas.
·         Nueva retórica, busca mayor amplitud y realismo en la Escritura, se vale de los avances de la lingüística, la semiótica, la antropología y la sociología

Siguiendo la clasificación que hace Paul Ricoer (“La Revélation”, Bruxelles, 1977) podemos identificar cinco grandes modos de discurso en la Biblia:

1)     El discurso profético, es el discurso de revelación por excelencia en que uno habla en nombre de otro: “Así dice el Señor”.
2)     El discurso narrativo, los acontecimientos parecen contarse por ellos mismos, aquí son los hechos narrados el objeto de la revelación.
3)     El discurso prescriptivo, propone al creyente una atención obediente.
4)     El discurso sapiencial, Dios aparece como extrañamente lejano mientras el hombre plantea con paciencia y lucidez sus cuestiones hasta las últimas consecuencias.
5)     El discurso hímnico (poético), es la palabra del creyente frente a Dios, reconocido como el interlocutor en un diálogo con el Señor.

B)    Análisis narrativo

Básicamente, propone un método de comprensión y comunicación de la Palabra de Dios congruente con la comunicación entre seres humanos. Introduce la distinción entre el autor real, que escribió el relato y el autor implícito, el perfil de autor que el texto genera. Así como entre el lector real, toda persona que se acerca al texto y el lector implícito, el que el texto genera.   

C)    Análisis semiótico

También se lo conoce como análisis estructural. Se asienta sobre tres principios:

1)     Inmanencia, cada texto forma parte de un todo de significación, completo en sí mismo y rehúsa los elementos que considera externos al texto como autor, eventos narrados, historia de su composición.
2)     Estructura del sentido, no existe un sentido sino “por” y “en relación”, se necesita componer la red de relaciones del texto entre los distintos elementos a fin de construir su sentido.
3)     Gramática del texto, cada texto respeta una gramática.   

El contenido del texto puede ser analizado en tres niveles: narrativo, discursivo y lógico semántico.    

Concentrémonos en la poesía bíblica a fin de llegar a un ejemplo práctico de interpretación según la Biblia como obra literaria. El impacto de la poesía en los sentimientos y emociones es mucho mayor que el del lenguaje común – el ritmo, aliteración, paralelismo y otras figuras literarias – son el vehículo de una cultura oral que memoriza los textos para mantener la tradición. Los Salmos, el Cantar de los Cantares, Lamentaciones, muchos textos proféticos se valen de la poesía para expresarse; p.e. el Cántico de Débora (Jueces 5), la elegía de David (II Samuel 1, 17-27), Job cap. 38-41, Éxodo 15, 1-18, I Samuel 2, 1-10, etc.

Ejemplo. Vamos a examinar algunos recursos literarios usados por los semitas en la poesía para ayudar a interpretar la elegía de David. Entendamos que fueron los griegos quienes mejor estudiaron los recursos literarios de la Antigüedad, por eso utilizaremos la nomenclatura griega aplicada a la poesía hebrea:

David entonó este canto fúnebre por Saúl y su hijo Jonatán, y le ordenó enseñarlo a la gente de Judá. Es el canto del Arco, y está escrito en el libro del Justo: «¡Tu esplendor ha sucumbido, Israel, en las alturas de tus montañas! ¡Cómo han caído los héroes! ¡No lo anuncien en Gat, no lo publiquen por las calles de Ascalón; que no se alegren las hijas de los filisteos, ni lo celebren las hijas de los incircuncisos! ¡Montañas de Gelboé, que no caiga sobre ustedes rocío ni lluvia, ni se cubran de campos fructíferos! Porque allí fue mancillado el escudo de los héroes, el escudo de Saúl, ungido no con aceite, sino con sangre de heridos y grasas de guerreros. ¡El arco de Jonatán no retrocedió jamás, nunca fallaba la espada de Saúl! ¡Saúl y Jonatán, amigos tan queridos, inseparables en la vida y en la muerte! Eran más veloces que águilas, más fuertes que leones. Hijas de Israel, lloren por Saúl, el que las vestía de púrpura y de joyas y les prendía alhajas de oro en los vestidos. ¡Cómo han caído los héroes en medio del combate! ¡Han sucumbido Jonatán en lo alto de tus montañas! ¡Cuánto dolor siento por ti, Jonatán, hermano mío muy querido! Tu amistad era para mí más maravillosa que el amor de las mujeres. ¡Cómo han caído los héroes, cómo han perecido las armas del combate!».
  
·         La traducción argentina dice “es el canto del Arco” aunque literalmente en hebreo dice solamente “el arco”. Está buena la traducción ya que sin duda, se trata del título de esta elegía que rinde honor a Saúl y Jonatán, pero especialmente a Jonatán quien según la poesía usaba un arco. Esto es una metonimia (del griego metá=cambio + ónoma=nombre) consiste en el cambio de un nombre por otro con el cual el primero guarda relación, p.e. decimos que un cuadro es un “Picasso” porque fue pintado por Picasso.      
·         Encontramos varias repeticiones de ¡Cómo han caído los héroes! Este es un recurso muy usado en la poesía, incluso en la poesía posmoderna actual que no tiene rimas.
·         ¡Montañas de Gelboé, que no caiga sobre ustedes rocío ni lluvia, ni se cubran de campos fructíferos! Acá estamos en presencia de un apóstrofe (del griego apó=de + stréfein=volverse)  a cosas inanimadas, el autor implícito (análisis narrativo) hace como que se marcha del auditorio al que está hablando y cambia hacia un auditorio imaginario: las montañas de Gelboé.
·         Eran más veloces que águilas, más fuertes que leones Esta es una hipérbole o exageración, no es que Saúl y Jonatán recorrieran los campos de batalla a más de 320 km por hora, la velocidad de un águila en picada o que tuvieran una fuerza superior a la de un león de 250 kg de peso, es una figura literaria que ilustra la velocidad y fuerza de estos personajes vista desde la poesía.
·         Tu amistad era para mí más maravillosa que el amor de las mujeres No nos olvidemos que esta poesía es una endecha, un canto fúnebre, y que el rey tenía derecho sobre las mujeres solteras del pueblo para hacerlas sus esposas. La comprensión del amor conyugal nuestro, católico, actual difiere mucho de esta época evocada por el poeta. De ninguna manera el lector real (análisis narrativo) puede interpretar aquí una apología de la homosexualidad (estructura de sentido del análisis semiótico).


III Conclusión:

En la escuela de la gran tradición de la Iglesia aprendemos a captar también la unidad de toda la Escritura en el paso de la letra al espíritu, ya que la Palabra de Dios que interpela nuestra vida y la llama constantemente a la conversión es una sola. Sigue siendo para nosotros una guía segura lo que decía Hugo de San Víctor: «Toda la divina Escritura es un solo libro y este libro es Cristo, porque toda la Escritura habla de Cristo y se cumple en Cristo». Ciertamente, la Biblia, vista bajo el aspecto puramente histórico o literario, no es simplemente un libro, sino una colección de textos literarios, cuya composición se extiende a lo largo de más de un milenio, y en los que no es fácil reconocer una unidad interior; hay incluso tensiones visibles entre ellos. Esto vale para la Biblia de Israel, que los cristianos llamamos Antiguo Testamento. Pero todavía más cuando los cristianos relacionamos los escritos del Nuevo Testamento, casi como clave hermenéutica, con la Biblia de Israel, interpretándola así como camino hacia Cristo. Generalmente, en el Nuevo Testamento no se usa el término «la Escritura» (cf. Rm 4,3; 1 P 2,6), sino «las Escrituras» (cf. Mt 21,43; Jn 5,39; Rm 1,2; 2 P 3,16), que son consideradas, en su conjunto, como la única Palabra de Dios dirigida a nosotros. Así, aparece claramente que quien da unidad a todas las «Escrituras» en relación a la única «Palabra» es la persona de Cristo. De ese modo, se comprende lo que afirmaba el número 12 de la Constitución dogmática “Dei Verbum”, indicando la unidad interna de toda la Biblia como criterio decisivo para una correcta hermenéutica de la fe. (Exhortación apostólica postsinodal “Verbum Domini”, 39)

Es insoslayable el encuentro personal con Jesucristo a la hora de aplicar cualquier método de interpretación de la Sagrada Escritura. Sin este encuentro la Escritura nunca será la Palabra del Señor para nosotros, con este encuentro se nos abren todas las puertas de la interpretación sin perder la visión de la causa de nuestra interpretación: la persona de Jesucristo.

¡Gloria a Dios!

Preparado por Mauricio Shara con la siguiente bibliografía:

Texto bíblico de la traducción argentina “El Libro del Pueblo de Dios”
Pontificia Comisión Bíblica; “La interpretación de la Biblia en la Iglesia”, Buenos Aires, Ágape, 1993, 28-38
Armando J. Levoratti, “Cómo interpretar la Biblia”, Comentario Bíblico Internacional católico y ecuménico para el siglo XXI, Navarra, Verbo Divino, 2005, 18-20
Concilio Vaticano II, constitución dogmática sobre la Divina Revelación “Dei Verbum”, 1965, 12
Stéphan Aulard; Pierre Marie Beaude; Matthieu Collin; Edouard Cothenet; Henri Jérôme Gagey; Phillipe Gruson; Charles L´Eplattenier; Alain Marchadour; Charles Perrot; Michel Quesnel, “Palabra de Dios y exégesis”, Cuadernos bíblicos 74, Navarra, Verbo Divino, 1992, 50-51
Benedicto XVI, Exhortación apostólica postsinodal “Verbum Domini” sobre la Palabra de Dios en la vida y la misión de la Iglesia, 2010, 39   

3 comentarios:

  1. Anónimo26.2.11

    EN ELLA SE ENCUENTRAN TODAS LAS RESPUESTAS PARA
    LOS INTERROGANTES QUE EL HOMBRE SE PLANTEA.

    SERIA BUENO QUE TODOS SUPIERAN QUE HA SIDO Y SI-
    GUE SIENDO EL "GRAN BESTSELLER" (ES INNEGABLE QUE
    ESO NO SE PUBLICITA)...!

    ETELVINA

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Julián Gómez de Avellaneda30.3.13

      Muy linda alabanza a la Biblia pero la Biblia no es Dios es solo un libro y no contiene todas las respuestas. Esta muy bueno el articulo solo me parecio que habia que decir algo sobre el comentario. El concepto en el comentario es evangelico pentecostal y no de la Iglesia

      Eliminar
  2. Anónimo26.2.11

    RECIBIRAS EL CIENTO POR UNO...ASI DIJO EL SENIOR.
    NO DUDO MAURICIO QUE DE LA FORMA QUE LO SIRVES, TU
    RECOMPENSA SERA MAYOR.
    ADELANTE, QUE EL BENDIGA RICA Y ABUNDANTEMENTE TU MA
    NERA DE DARLO A CONOCER...!

    ETELV

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