"Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:" (Mc 3,6)

5 de marzo de 2011

El sentido de la Escritura - Subsidio 6 de estudio del Seminario Bíblico de verano 2011 por FM Parroquial


Subsidio 6 de estudio del Seminario Bíblico de verano 2011 – “Cómo interpretar la Biblia”
“El sentido de la Escritura”

I Introducción 

Cuando hablamos de sentido de un texto hacemos referencia a aquello que está implícito en él como interpretación pretendida por el autor y su significado. Pero para la actual hermenéutica, que toma como esenciales los elementos subjetivos en el proceso del conocimiento, el sentido es el significado que el lector aprehende en cada palabra, frase o discurso mientras lee, de tal manera que esa aprehensión del sentido es la base indispensable para comprender e interpretar un texto.

Sobre esto último, es necesario reflexionar en que sin duda este proceso se lleva a cabo por la manera de pensar del tiempo presente, pero que no nos podemos quedar allí definitivamente sino que debemos considerar también lo que objetivamente la Iglesia nos plantea para interpretar la Biblia de una manera católica. Porque la Biblia no es solamente un conjunto de textos literarios sino que en ella encontramos a la Palabra de Dios que llega a nosotros gracias a la Tradición de la Iglesia.

¿Por qué decimos todo esto? Porque existe una clara diferencia entre la manera de trabajar de la exégesis histórico-crítica, que busca el sentido exacto de un texto bíblico en las circunstancias en que fue escrito (“sitz im leven”, situación vital en alemán); y las ciencias del lenguaje y las hermenéuticas filosóficas que sostienen la polisemia (muchos significados) en los textos escritos.

“El aporte moderno de las hermenéuticas filosóficas y los desarrollos recientes el estudio científico de la literatura, permiten a la exégesis bíblica profundizar la comprensión de su tarea, cuya complejidad se ha vuelto más evidente. La exégesis antigua, que evidentemente no podía tomar en consideración las exigencias científicas modernas, atribuía a todo texto de la Escritura diferentes niveles de sentido. La distinción más corriente se establecía entre el sentido literal y el sentido espiritual. La exégesis medieval distinguía en el sentido espiritual tres aspectos diferentes, que se relacionan, respectivamente, a la verdad revelada, a la conducta que se debía mantener, y al cumplimiento final. De allí el célebre dístico de Agustín de Dinamarca (siglo XIII): "Littera gesta docet, quid credas allegoria, moralis quid agas, quid speres anagogia". (La letra enseña lo que sucedió, la alegoría lo que se debe creer, la moral lo que se debe hacer y la anagogía hacia donde hay que ir). En reacción contra esta multiplicidad de sentidos, la exégesis histórico-crítica ha adoptado, más o menos abiertamente, la tesis de la unidad de sentido, según la cual un texto no puede tener simultáneamente diferentes significados. Todo el esfuerzo de la exégesis histórico-crítica se dirige a definir "el" sentido de tal o cual texto bíblico en las circunstancias de su producción. Pero esta tesis choca ahora con las conclusiones de las ciencias del lenguaje y de las hermenéuticas filosóficas, que afirman la polisemia de los textos escritos. El problema no es simple y no se presenta del mismo modo en todos los géneros de texto: relatos históricos, parábolas, oráculos, leyes, proverbios, oraciones, himnos, etc. Se pueden dar, sin embargo, algunos principios generales, teniendo en cuenta la diversidad de opiniones.” (Pontificia Comisión Bíblica, “La interpretación de la Biblia en la Iglesia”, II-B)

II Una breve recorrido por la historia de la interpretación bíblica

En la Antigüedad se atribuyeron a la Escritura dos niveles de sentido: el literal y el espiritual, mientras el primero salía de la letra escrita, el segundo se percibía a la luz del Espíritu Santo. En Orígenes (185-254) encontramos tres niveles: literal (incipiente), moral (progresivo) y espiritual (perfección) en relación a la composición triple del ser humano que entendían los padres de la Iglesia Antigua (cuerpo, alma y espíritu); Orígenes entendía que siempre, en la Biblia, se debe comenzar por el nivel literal para alcanzar los otros dos niveles, así como el espíritu no reniega del alma ni del cuerpo. Los padres medievales partieron del sentido literal y luego dividieron el sentido espiritual en tres niveles: alegoría (verdad revelada); moral (conducta) y anagogía (cumplimiento final de todas las cosas), esto lo encontramos sintetizado en el dístico de Agustín de Dinamarca (siglo XIII). Santo Tomás de Aquino (1224 ó 1225-1275) sostiene que todos los sentidos de la Escritura deben fundarse en el sentido literal (Suma Teológica, I, q.1, a.10, ad 1). El método histórico-crítico afirma que existe un solo sentido en la Escritura, el literal, que se obtiene por el análisis crítico del texto. La hermenéutica ha cuestionado la postura rígida del histórico-crítico sosteniendo la importancia de la subjetividad en el conocimiento y la polisemia de los textos.

En este recorrido podemos observar que ningún método reniega del sentido literal (lo cual no es “fundamentalismo”) sino que siempre se debe partir de lo que dice literalmente el texto bíblico antes de hacer cualquier interpretación, de lo contrario caemos en un espiritualismo fantasioso. Pero, de igual manera, es malo transformar un método en un dogma, y este es el gran error en el que han caído muchos biblistas histórico-críticos que al final terminan en un “callejón sin salida” y en un paradójico “fundamentalismo metodológico” que separa a la razón de la fe, entrando en un extremo “minimalista” en donde la Biblia no es más que pura invención literaria.

(…). “Aproximaciones al texto sagrado que prescindan de la fe pueden sugerir elementos interesantes, deteniéndose en la estructura del texto y sus formas; sin embargo, dichos intentos serían inevitablemente sólo preliminares y estructuralmente incompletos. En efecto, como ha afirmado la Pontificia Comisión Bíblica, haciéndose eco de un principio compartido en la hermenéutica moderna, el «adecuado conocimiento del texto bíblico es accesible sólo a quien tiene una afinidad viva con lo que dice el texto». Todo esto pone de relieve la relación entre vida espiritual y hermenéutica de la Escritura. Efectivamente, «con el crecimiento de la vida en el Espíritu crece también, en el lector, la comprensión de las realidades de las que habla el texto bíblico». La intensidad de una auténtica experiencia eclesial acrecienta sin duda la inteligencia de la fe verdadera respecto a la Palabra de Dios; recíprocamente, se debe decir que leer en la fe las Escrituras aumenta la vida eclesial misma. De aquí se percibe de modo nuevo la conocida frase de san Gregorio Magno: «Las palabras divinas crecen con quien las lee». De este modo, la escucha de la Palabra de Dios introduce y aumenta la comunión eclesial de los que caminan en la fe.” (Verbum Domini, 30)
   
III ¿Qué significa el texto?

Esta es la gran pregunta en relación al sentido de la Escritura. Resulta fructífero aprovechar al método histórico-crítico como una herramienta ya que la exégesis científica, como ya dijimos, busca determinar el sentido preciso de los textos bíblicos en su contexto originario. Ahora bien, y apelando a la armonía entre la fe y la razón podemos ver que tanto el creyente como el no creyente pueden hacerse la pregunta sobre el significado de un texto bíblico, y la investigación bíblica científica honesta es, hoy, la única forma de brindar una respuesta para el creyente y el no creyente, al mismo tiempo. Esto es muy importante, ya que nuestra fe no está fundada en una ideología, que separa a la fe de la razón, sino en el acontecimiento salvífico de Dios introduciéndose en la historia humana. Por eso, la fe no modifica los contenidos aprehendidos y descritos por la investigación científica honesta cuando ésta ha sido decantada por el acuerdo de muchos investigadores en el tiempo, así tanto creyentes como no creyentes pueden estar de acuerdo sobre el sentido de un texto, aun cuando disientan sobre el valor que éste puede tener y sobre el mensaje kerigmático que contiene o se desprende del texto (ver “historia kerigmática” en el subsidio 3 de este Seminario Bíblico).

Por todo lo expuesto en este subsidio, la lectura debe comenzar por determinar los elementos que constituyen un texto (personajes, palabras, frases, imágenes, lugares, metáforas, discursos, acciones, etc.) que se interrelacionan dentro del mismo, es decir, que debemos reconocer que lo aportado por santo Tomás de Aquino sigue siendo actual: “todos los sentidos de la Sagrada Escritura se fundan en el sentido literal”. Asimismo, hay que considerar que las más grandes obras de la literatura universal tienen una pluralidad de sentidos (filosófico, simbólico, emocional, estético, histórico, social, etc.). Por eso, resulta tosco, unilateral, reduccionista y hasta tendencioso sostener que exista un solo sentido en la Biblia, el libro más leído y difundido en la historia, basándonos exclusivamente en el factor de la situación vital del autor sagrado y los géneros literarios.

Lógicamente, ningún comentario bíblico puede abarcar todos los sentidos posibles, cada uno va a concentrarse en un aspecto más que en otro. Además, vivimos en un tiempo en que el poder de síntesis se va transformando en el poder más valioso de la comunicación. Debemos tomar en cuenta esto a la hora de leer o hacer un comentario bíblico. Un ejercicio, taller o estudio bíblico pastoral, hecho en comunidad, que abarque varios sentidos de un texto necesita muchas horas de actividad y esto es una limitante tan real como tirana. Pero cuanto más variadas y multiformes sean las vías de acceso a la Biblia, más riqueza tendrá ese comentario.

IV Conclusión

“Esfuérzate en ser digno de la aprobación de Dios, presentándote ante Él como un obrero que no tiene de qué avergonzarse y como un fiel dispensador de la Palabra de verdad”. (II Timoteo 2,15). 
Basándonos en el sentido literal observamos, en la “superficie”, algunas pequeñas cosas que abren nuestro entendimiento:

·         La importancia de los verbos en este versículo: esforzarse, presentarse, no tener de qué avergonzarse, dispensar.
·         También las acciones que describen: ser digno de la aprobación de Dios (no sólo por elección divina sino por esfuerzo personal), como un obrero (no como un artista, ni como un mago), que no tiene de qué avergonzarse (que no tiene que ser reprochado, confrontado), como un fiel dispensador de la Palabra de verdad (no es solamente una “palabra de fe” sino la Palabra de verdad).
·         Los personajes son: el que exhorta (es un profeta porque habla de parte de Dios), el que recibe la exhortación (es un creyente porque es invitado a ir por más en su vida espiritual), Dios (es quien aprueba).
·         El instrumento es: la Palabra de verdad (la Palabra de Dios debe ser reconocida como verdad por la gente y esto es fruto del trabajo del obrero fiel dispensador). 

Esto es alentador, porque significa no necesitamos mucho para empezar a recorrer el camino de la interpretación de la Sagrada Escritura. Estudiemos y aprehendamos mucho pero nunca nos olvidemos que somos sólo obreros y no arquitectos, fieles dispensadores de la Palabra de Dios.

Preparado por Mauricio Shara en base a la siguiente bibliografía:

Texto bíblico de la traducción argentina “El Libro del Pueblo de Dios”
Armando J. Levoratti, “Cómo interpretar la Biblia”, Comentario Bíblico Internacional católico y ecuménico para el siglo XXI, Navarra, Verbo Divino, 2005, 20-21
Mons. Luis H. Rivas, “Diccionario para el estudio de la Biblia”, Buenos Aires, Amico, 2010, 169-170
Fernando Figueiredo, “Literatura cristiana primitiva. Introducción a la Patrología (siglo III)”, Tomo 2, Buenos Aires, Lumen, 110-112
Benedicto XVI, Exhortación apostólica postsinodal “Verbum Domini” sobre la Palabra de Dios en la vida y la misión de la Iglesia, 2010, 30  
Pontificia Comisión Bíblica; “La interpretación de la Biblia en la Iglesia”, Buenos Aires, Ágape, 1993, 68-69              

1 comentario:

  1. Anónimo5.3.11

    UNA VEZ MAS MAURICIO, FELICITACIONES POR LA EXCELENTE Y CLARIFICADORA ENSENIANZA DE COMO
    LEER E INTERPRETAR LA BIBLIA.
    BUENISIMA LA ILUSTRACION...! SOLO A LAS LUCES DEL
    ESP. SANTO SE PUEDEN CONTESTAR: QUE ME DICE ESTE
    VERS. A MI, EN ESTE MOMENTO???

    ETELVINA

    ResponderEliminar

Diálogo significa que hay más de una razón para exponer, una conversación entre dos o más personas que manifiestan sus ideas y afectos, también puede ser una discusión. El diálogo nos enriquece, por lo tanto: ¡bienvenida y bienvenido a dejar tu comentario en miel y langostas!

(Por favor, no publicidades ni SPAM)

Visita el Blog desarrollo biblico

Blog desarrollo bíblico


Llamá al (011) 4956-2399 y comunicate con nosotros

"Cómo interpretar la Biblia"

Auspiciado por el Departamento de Pastoral Bíblica Junta Catequística Arquidiocesana de Buenos Aires.